La Economía Circular, una propuesta para la reactivación económica
Por Sara Pauli, directora de país de Swisscontact en Bolivia
En América Latina solo un 10% de las 541 000 toneladas/día de residuos sólidos generados se aprovechan, lo que significa que el 90% restante se desecha, creando grandes focos de contaminación. Pero en los últimos años, está surgiendo una tendencia global hacia una Economía Circular al reconocer que el modelo económico de «extraer, producir, desperdiciar» está llegando ya al límite de su capacidad física. La Economía Circular, además de cuidar el medioambiente, abre la posibilidad de los negocios verdes con oportunidades de ingresos para gran cantidad de personas.
Economía circular: más que reducir-reusar-reciclar
Según la Ellen MacArthur Fundación, la Economía Circular se basa en tres principios:
1.) Eliminar residuos y contaminación desde el diseño
2.) Mantener productos y materiales en uso el mayor tiempo posible.
3.) Regenerar sistemas naturales.
En pocas palabras, desacopla el crecimiento económico del consumo de recursos finitos. Es un concepto que va más allá de una gestión de residuos sólidos, que hasta ahora se ha enfocado principalmente en reducir-reusar-reciclar, ya que plantea un nuevo paradigma desde el diseño y manufactura de un producto hasta la transformación de este, y amplía la cadena de valor de los materiales o productos reciclados una vez entran nuevamente al ciclo productivo.
Swisscontact trabaja desde hace más de 20 años en la temática de gestión de residuos sólidos y en los últimos años ha integrado el concepto de Economía Circular en sus intervenciones. Se desarrollaron proyectos no solamente en la región de América Latina, sino también en países como Tanzania y Bangladesh. Los diferentes enfoques y temáticas abordadas permitieron generar múltiples impactos, dentro de las cuales destacan:
- Generación de políticas públicas a nivel nacional y local – por ejemplo, la generación de la primera Ley Nacional de Gestión de Residuos en Bolivia, que se desarrolló junto con el Ministerio de Medio Ambiente y Agua.
- El apoyo a más de 30 municipios, tanto urbanos como rurales, en la mejora de su gestión operativa de residuos sólidos – desde La Paz en Bolivia, hasta Morogoro en Tanzania y Daca en Bangladesh.
- La generación de empleos e ingresos a nivel de gobiernos locales y emprendimientos y empresas privadas.
- El diseño e implementación de tecnologías específicas para el reciclaje, tomando en cuenta la característica y cadena de valor que varía según el tipo de residuo.
- El desarrollo de campañas masivas de sensibilización que permitieron involucrar activamente a la sociedad civil.
- La inclusión de recolectores informales que forman parte de la cadena de valor de los residuos
- Mayor cantidad de residuos aprovechados y reducción de gases de efecto invernadero.
Uno de los proyectos que está impulsando esta temática es Mercados para el Reciclaje en Bolivia, que busca fortalecer el ecosistema empresarial para negocios verdes en el país, principalmente de micro, pequeñas y medianas empresas que realizan la valorización de ciertos tipos de residuos, como ser llantas, baterías y chatarra.
La economía circular como nuevo modelo que hace posible el desarrollo económico dentro de los límites de los recursos naturales, aprovechando los residuos para convertirlos en recursos y apostando por la innovación para generar tejido industrial y empleo verde. También para difundir las 7R que hacen posible este modelo: renovar, reciclar, recuperar, rediseñar, reducir, reutilizar y reparar.
A más de un año de la emergencia sanitaria que cambió la forma de vivir y trabajar de toda la humanidad, se hace aún más evidente la necesidad de modificar los hábitos de producir, utilizar y desechar, por un modelo circular en el que la cadena productiva prioriza la reducción de residuos, utiliza al máximo todos los insumos y reutiliza aquellos elementos que por sus propiedades no pueden volver al medio ambiente.