HECHO EN BOLIVIA: HACIENDO CRECER LA DEMANDA INTERNA EN 2021
Por Erika Gottlieb
Hecho en Bolivia o consume lo nuestro, emplea a los nuestros
Con casi 11 millones de habitantes Bolivia es el equivalente a un barrio en Shanghai. A pesar de eso el sueño boliviano de la industrialización está avanzando de una manera muy lenta y sobre todo en un campo que parece minado.
En Bolivia el consumo interno es muy importante para el crecimiento económico sobre todo porque la gran mayoría de las empresas legalmente establecidas en el país son micro, pequeñas y medianas empresas, muy pocas de ellas son exportadoras.
Esto quiere decir que la mayoría de nuestras empresas producen para vender dentro del país, es por eso que también existen muchas políticas proteccionistas con buenas intenciones, pero pésimos resultados.
En un mercado tan informal como el boliviano muchas de las políticas económicas que se conciben para que funcionen de cierta manera “en laboratorio” no lo hacen en la vida real, porque en Bolivia hay muchas externalidades que impiden que la teoría se aplique de manera más o menos predecible.
En este sentido, tener aranceles de importación altos para productos que se producen internamente en el país no tiene sentido si no se controla el contrabando, o no tiene sentido si no se tienen instituciones fuertes.
Tampoco tiene sentido subir los aranceles de importación si es que no se invierte en innovación y desarrollo o en nuevas tecnologías y educación para que las empresas bolivianas sean cada vez más competitivas y puedan también exportar cada vez más al mercado internacional.
Esta pandemia ha resultado en mucho luto en las familias bolivianas (y en el resto del mundo), pero además nos ha llevado a una crisis económica sin precedentes que tendrá todavía muchas “olas” en los próximos años. Cantidad de empresas han quebrado, empleos formales se han perdido y el flujo de dinero y de inversión ha disminuido drásticamente.
Es por esto que hay que atacar el problema, con políticas económicas eficientes sí, pero también desde una mirada del consumidor interno.
¿Entonces qué hacemos?
Desde mi punto de vista, el proyecto Hecho en Bolivia puede ser un importante punto de partida e impulsor de un cambio en las preferencias del consumidor y un incremento en la demanda interna por productos que se fabrican en Bolivia por empresas bolivianas.
En vez de industrializar para el mercado interno y luego exportar, pareciera que lo que está al alcance de nuestras manos hoy es incrementar la demanda interna por productos nacionales (a pesar del contrabando) para salvar a las empresas de quebrar y desde ahí empezar con miras a industrializar para exportar.
Planteo un camino un poco más largo y desamparado, es verdad, pero entendiendo que nosotros como individuos tenemos el poder sobre lo que consumimos bien podríamos esforzarnos por apoyar a esas empresas nacionales que al final de cuentas son las únicas que pagan impuestos y emplean formalmente a los nuestros.
Un Hecho en Bolivia que se vuelva como la sangre que corre en nuestras venas, a partir de ello estoy segura que podremos prepararnos para el resto de los retos que se vienen como ser FINALMENTE parte de este mundo globalizado.
Fuente:https://valoragregado.net/hecho-en-bolivia-demanda-interna/