La Fundación Milenio, en su trabajo de investigación realizado, titulado: pocos impuestos, sencillos y fáciles de pagar, señala que la política tributaria es crucial para la recuperación y reconstrucción económica.
Los empresarios de todos los sectores de la economía plantearon varias propuestas para incrementar las recaudaciones, entre estas está ampliar la base de los contribuyentes, reducir la burocracia y aplicar una rebaja en el Impuesto Al Valor Agregado (IVA), cuyas medidas apuntan a formalizar la economía nacional; mientras tanto, los pocos depositarios soportan la carga tributaria, por lo que la Fundación Milenio señala que la tributación es inequitativa.
Los bolivianos vivimos agobiados por demasiados impuestos, e ineficientes porque recaudan poco, y que castigan a quienes trabajan, hacen empresa y crean empleo. La carga tributaria para las personas y empresas es excesiva, lo que encarece la producción y hace menos competitivas a las empresas y más difíciles los negocios formales. La tributación es inequitativa, ya que se basa en impuestos indirectos como el IVA y otros, que no diferencian la capacidad económica real de las personas, señala el documento.
Ese panorama provocó que muchas empresas se pasen a la informalidad, y con ello también las fuentes de trabajo, que ya no gozan de la seguridad social.
Estaba en proyecto un tratamiento de una nueva ley de tributación, ya que la actual viene de la década de los 80, y los expertos sugerían una nueva en un marco de una nueva Constitución Política del Estado, pero la propuesta no avanzó.
Formalización
La Cámara Nacional de Industria (CNI) diseña e implementa una estrategia nacional de lucha contra el contrabando, y en este documento señala que la formalización permitirá luchar de manera integral contra el contrabando, puesto que permitirá tener un mayor control al Estado sobre las empresas que hoy son informales y afectan nuestra economía.
La formalización permite a las empresas escalar hacia mercados más grandes, participar en procesos de compras y contrataciones estatales, realizar avances tecnológicos, demandar talento humano con mayor cualificación educativa e incrementar la productividad y competitividad del país en su conjunto.
Desde la CNI consideramos que para luchar contra el contrabando y formalizar la economía, uno de los elementos importantes es actualizar la Ley General del Trabajo que data de 1939 a la nueva normalidad, actualizarla a la sociedad 4.0, que producto de la covid–19 se aceleró en su implementación y es imperante adecuarse y adecuar las normas al nuevo escenario.
También consideramos que la normativa tributaria y la burocracia estatal deben simplificarse y adecuarse para impulsar la formalización de actividades económicas e impulsar la productividad y competitividad de frente al contrabando.
Pagar impuestos
El sistema tributario es un laberinto de normas y burocracia que insumen dinero, tiempo y trabajo inútil. Los contribuyentes están expuestos al abuso, la extorsión y la corrupción, según Milenio.
La paradoja de la experiencia boliviana es que las tasas impositivas altas, junto con lo moroso y costoso que es pagar impuestos, incentivan la informalidad, el contrabando y la defraudación; grandes capitales y negocios se camuflan en los regímenes especiales para pequeños vendedores y productores, a fin de no pagar impuestos. El resultado es una tributación disfuncional que actúa como una camisa de fuerza para el esfuerzo, el talento y la iniciativa emprendedora, lamenta.
También en la circunstancia actual, es una barrera para remontar la crisis y retomar el camino del crecimiento con empresas robustas y con más y mejor empleo. Y si no hacemos algo para superar estos males endémicos quizá Bolivia esté condenada a ser una economía atrasada y mayormente de informales pobres y unos pocos prósperos ilegales, cuestiona.
EL SECRETO DE
LA BUENA TRIBUTACIÓN
La experiencia de los países que avanzan y prosperan demuestra que un sistema tributario funciona mejor con pocos impuestos, fáciles de pagar y de bajo costo en el cumplimiento de los deberes fiscales.
El libro de Milenio apunta a eso: construir un sistema tributario simple, moderno, equitativo y con una base más ancha de contribuyentes; un sistema que incentive la formalización, la inversión y el desarrollo productivo. A ese efecto, son necesarias cuatro estrategias: reducir los actuales nueve impuestos generales a solo cuatro impuestos de alcance general: IVA, Impuesto a la Utilidad de las Empresas (IUE), Impuesto al Consumo Específico (ICE), Impuesto a la Renta de las Personas Naturales (IRPN); sustituir los regímenes especiales y otros impuestos ineficientes por el Impuesto a la renta de las personas, que gravaría los ingresos del trabajo, el capital y el patrimonio; excepto para quienes cuyos ingresos no superen los 3 salarios mínimos nacionales al mes; incentivos tributarios a la inversión y el emprendimiento: pasar de los alivios tributarios a medidas que promuevan la capacidad empresarial y el crecimiento, por ejemplo, reduciendo la alícuota del IUE del 25% al 20%; y reingeniería institucional de la administración tributaria, para rescatarla de la captura política y transformarla en un organismo competente, profesional, eficiente y probo.
Nueva ley tributaria
Estas cuatro estrategias configuran una reforma integral y de gran calado, que es el tipo de reforma que Bolivia precisa, en vez de parches y medidas sueltas o improvisadas por apremios recaudadores, presiones sectoriales o intereses políticos coyunturales, que a fin de cuentas no resuelven los problemas sustanciales y solo añaden incertidumbre e inseguridad para los contribuyentes, señala.
La idea de una Ley de Modernización y Simplificación Tributaria apunta que reunir en una sola norma un conjunto amplio de medidas de política tributaria, tal como sucedió con la Ley 843 de Reforma Tributaria de 1986.